“Esto tardó 3000 años en llegar a este punto. ¿Pueden creerlo?” dijo el presidente estadounidense Donald Trump al anunciar el cese de fuego en Gaza. En su mirada, el choque religioso milenario entre el islam y el judaísmo -no meramente la dimensión política contemporánea de este conflicto- acaba de concluir. “Y se va a mantener”, aseguró.
En rigor, el islam nació hace 1400 años, Hamas no ha renunciado a su objetivo mesiánico de aniquilar a Israel y que el cese de fuego se vaya a mantener es algo incierto. No obstante, más allá de la exageración -que es un clásico en la verborragia de Trump- es cierto que hubo un cambio crucial en el teatro bélico y geopolítico regional. Potencialmente, este pacto de rehenes y de cese del fuego podría significar una redefinición estratégica del Medio Orien