En las películas de terror es usual que el espectador se tense anticipando el salto de la amenaza desde las sombras: la música sube, una figura aparece de repente, el pulso se acelera y la atención se afina al máximo. Esta reacción, reproducida una y otra vez, revela la naturaleza ancestral y automática del miedo.
Ahora, un estudio de la Universidad de Colorado Boulder dio un paso decisivo para comprender cómo el cerebro humano logra interpretar y regular ese temor. El equipo de investigadores descubrió que el núcleo interpeduncular (IPN) actúa como interruptor central, activando y desactivando la alarma ante el peligro.
El hallazgo publicado en la revista Molecular Psychiatry , abrió nuevas perspectivas para entender la relación entre el miedo, la ansiedad y el trastor