El uso generalizado de herramientas basadas en Inteligencia Artificial Generativa (IAG) ha transformado múltiples áreas de la vida cotidiana: desde la educación hasta la creatividad, pasando por la salud mental y la productividad.

Sin embargo, no todos los efectos han sido positivos. Una nueva y preocupante manifestación comienza a surgir, especialmente en personas con alta exposición o vulnerabilidad emocional: lo que algunos especialistas denominan “ Psicosis inducida por Inteligencia Artificial Generativa ”.

Aunque el término aún no está reconocido clínicamente por manuales psiquiátricos como el DSM-5 o la CIE-11 , la evidencia anecdótica y observacional apunta a un patrón claro de delirios o afectaciones psicológicas asociadas con el uso intensivo y emocionalmente cargado de

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