El ambiente en el estadio fue una fiesta futbolera. Más de seis mil aficionados vibraron con un partido que tuvo intensidad, tensión y momentos de brillo individual. A pesar del espectáculo, Sebastián Abreu, director técnico de Xolos, no dudó en hacer autocrítica tras el silbatazo final.

“Regalé el primer tiempo”, expresó con franqueza el entrenador uruguayo, al admitir que el equipo no salió con la concentración necesaria desde el arranque. La falta de presión y reacción permitió que el rival impusiera condiciones durante la primera mitad. Para Abreu, ese lapso terminó pesando en el desarrollo completo del encuentro.

Cuando Xolos logró ponerse en ventaja, el cuerpo técnico esperaba que los jugadores sostuvieran el ritmo y el control del marcador. Sin embargo, Abreu señaló una de las pri

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