La posibilidad de un cataclismo planetario , ya sea por un conflicto nuclear a gran escala o por una catástrofe natural de proporciones descomunales, ha sido durante mucho tiempo un tema de fascinación y horror, y un asunto muy recurrido en múltiples obras literarias y cinematográficas. En el centro de este sombrío escenario surge una pregunta fundamental, no solo sobre el destino de la humanidad, sino sobre la continuidad misma de la vida en la Tierra. ¿Sobreviviría algún ser vivo a un apocalipsis nuclear?
Contra la creencia popular, que suele otorgar el título de superviviente supremo a la cucaracha , evaluaciones científicas más profundas revelan un panorama complejo , en el que la verdadera resiliencia podría residir en organismos menos conocidos y en la intrincada red de