BIRMINGHAM, Alabama, EE.UU. (AP) — Mientras los demócratas se preparan para un cierre del gobierno cada vez más largo, la exvicepresidenta Kamala Harris los anima durante su gira por el país con motivo de la promoción de sus memorias sobre la última campaña presidencial, en medio de especulaciones sobre otra posible candidatura a la Casa Blanca.

La nominada demócrata de 2024 dijo a The Associated Press en una entrevista el viernes que sigue en contacto con los demócratas en el Capitolio, animándolos a mantener sus demandas de que el presidente, Donald Trump, y la mayoría republicana en el Congreso aborden el alza inminente de las primas de los seguros de salud de la Ley de Cuidado de Salud Asequible.

"Los republicanos controlan la Cámara. Controlan el Senado. Controlan la Casa Blanca. Están al mando y son los responsables del cierre", afirmó.

Los demócratas, añadió, "están haciendo lo correcto al defender a la gente trabajadora y no permitir que los republicanos lleven a cabo un recorte de impuestos para las personas más ricas de nuestro país a costa de los trabajadores en Estados Unidos".

Este es apenas un ejemplo de cómo Harris utiliza la gira promocional de su libro para instar a los demócratas a encabezar una resistencia firme y agresiva contra Trump, mientras se compromete a llegar a los votantes de clase trabajadora y media que apoyaron al republicano o se quedaron en casa el pasado noviembre.

Durante la jornada, Harris mantuvo una conversación de una hora con cinco estudiantes universitarios negros, concedió una entrevista a la AP y participó en dos presentaciones de su libro en la ciudad más grande de Alabama. El público, con boleto de pago, llenó el Alabama Theatre en el centro de Birmingham, donde Harris habló sobre su campaña, el Partido Demócrata y el rumbo del país con el conductor radiofónico Charlamagne tha God.

A lo largo de todo el día, Harris proyectó el aura de una veterana del partido y futura candidata. Mostró su preocupación por la dirección que lleva el país e incredulidad absoluta acerca de muchas de las acciones de Trump. Cuando quienes tenían boletos VIP le dijeron en una fila para tomarse fotos lo decepcionados que quedaron con su derrota, ella siguió adelante.

“Tenemos trabajo que hacer”, repitió. “Sigan luchando”.

Tanto sobre el escenario como con la AP, elogió la “profunda y amplia base” de su partido e incluso pidió bajar la edad mínima de votación a los 16 años para involucrar a más jóvenes en el proceso político.

Harris, de 60 años, aseguró que no ha tomado una decisión sobre su futuro político. Pero dejó claro que volver a postularse en 2028 sigue siendo una posibilidad y que se ve a sí misma como una voz importante en el partido y en el debate nacional.

“Soy una líder del partido”, dijo a la AP. “Me tomo muy en serio esa responsabilidad y deber que siento” como la última candidata. Eso “incluye viajar por el país hablando y, sobre todo, escuchando a la gente (...) preparando a la gente para luchar en las elecciones de mitad de legislatura” en 2026.

Sus asesores confirmaron que ayudará a las candidatas demócratas a gobernadora Mikie Sherrill en Nueva Jersey y Abigail Spanberger en Virginia con eventos virtuales, campañas de recaudación de fondos y llamadas automáticas. Recientemente encabezó también una recaudación de fondos para el candidato al Senado por Carolina del Norte, Roy Cooper, exgobernador y amigo de Harris desde hace mucho tiempo.

Más adelante este mes planea hacer campaña por el “Sí a la Propuesta 50” de California, una medida que permitiría una redistribución de los distritos electorales del estado liderada por los demócratas para contrarrestar la manipulación de distritos en Texas y otros estados controlados por los republicanos.

Harris, que fue inusualmente directa en su libro “107 Días” sobre sus opiniones acerca de una serie de políticos, se mostró más cauta el viernes cuando se le pidió que evaluara a otros destacados líderes demócratas.

“Tenemos que alejarnos de esta idea de ‘¿Quién es el elegido?’ Creo que hay muchas formas de ser eficaz cuando la gente es auténtica consigo misma”, dijo cuando se le preguntó por su compañero californiano, el gobernador Gavin Newsom, y su reciente burlas al presidente, Donald Trump, en las redes sociales.

Además, nombró a las representantes Jasmine Crockett, de Texas, y Brittany Petterson, de Colorado, pero no ofreció más detalles, “Cada voz y cada perspectiva” pueden calar en ciertos votantes, apuntó.

Harris rechazó la creencia política común de que perdió en parte debido a los continuos ataques de los republicanos sobre cuestiones culturales y sociales, especialmente las relacionadas con las personas transgénero. Dijo que la economía, especialmente la inflación, fue el factor más relevante.

“Hay un buen número de personas que votaron a Donald Trump porque creyeron lo que dijo, que iba a bajar los precios”, manifestó a la AP. “Lamentablemente, les mintió”.

Con los precios todavía altos y la brecha entre ricos y pobres en aumento, Harris afirmó:“Tenemos que hacer un mejor trabajo al abordar las necesidades inmediatas del pueblo estadounidense”.

Elogió los logros legislativos del gobierno del expresidente Joe Biden, pero apuntó que las políticas del ámbito doméstico —como los créditos fiscales por hijos, los permisos familiares y los créditos para la compra de la primera vivienda— deberían haber precedido a un amplio programa de infraestructura y a la ley “CHIPS” para la fabricación de semiconductores.

Incluso con un mensaje económico más contundente, Harris reconoció los desafíos estructurales para los demócratas: la proliferación de información falsa y lo que describió como el ataque de los conservadores a la democracia.

Rechazó la idea de que haya “votantes con poca información” e indicó que el problema es en realidad una abundancia de información errónea y desinformación que dificulta llegar a muchos votantes. Los demócratas deben entrar en esos espacios en lugar de dar por perdido a nadie, declaró-

“Merecen ser escuchados”, señaló.

Sobre el escenario, Harris habló sobre el “retroceso” en el movimiento por los derechos civiles. Lamentó que la Corte Suprema pudiera eliminar la sección 2 de la Ley de Derecho al Voto, que protege los límites de los distritos políticos trazados para garantizar que las comunidades minoritarias puedan elegir a sus candidatos predilectos.

Sin esa ley, la representación de las personas no blancas, especialmente de los negros en el sur, podría disminuir considerablemente, desde el Congreso hasta las juntas escolares locales y los consejos municipales.

”¿Cómo podemos decir en este momento que la Ley de Derecho al Voto y la sección 2 no tienen ningún propósito?”, dijo Harris a la AP.

Esta cuestión tenía una relevancia especial dado el lugar en el que se encontraba. La Ley de Derecho al Voto se aprobó en 1965 después de que Martin Luther King Jr. y los líderes de la lucha por los derechos civiles marcharan de Selma, Alabama, a Montgomery. Un caso posterior de la Corte Suprema de Mobile llevó al Congreso a aclarar su intención con la sección 2 de la norma. Y fue un caso del condado de Shelby, Alabama, el empleado por la Corte Suprema en 2013 para suprimir el requisito de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos apruebe los procedimientos electorales en jurisdicciones locales con un historial demostrado de discriminación.

Además del caso pendiente de la Corte Suprema, Harris dijo que ha seguido la retórica de Trump sobre los inmigrantes, además de las declaraciones del principal asesor del presidente, Stephen Miller, y de otros republicanos que sugieren que Estados Unidos debe su identidad a los colonos europeos blancos.

"Si nos fijamos solo en sus palabras, están incitando al racismo, están buscando chivos expiatorios", manifestó. Pero no llegó a afirmar que la Casa Blanca se rige por una ideología nacionalista blanca: "No puedo pretender saber qué hay en sus cabezas".

Harris dijo el viernes que nunca dudó de la capacidad de Biden para desempeñar el cargo, incluso después de retirar su candidatura a la reelección debido a las preocupaciones sobre su edad. Eso es muy diferente, explicó, a las discusiones sobre si el político de 82 años podría haber cumplido otro mandato.

"Hemos estado intercambiando llamadas telefónicas en los últimos días", contó Harris a la AP cuando se le preguntó si todavía hablaba con Biden, que está en tratamiento por un cáncer de próstata. "Invitaría a todos a rezar, si es que lo hacen, por su bienestar y por su salud en este momento".

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.