"De este lugar no me saca nadie", dice Claudia Balbi. La mujer está parada en el medio de la parcela que cultiva hace dos años y medio, en el Parque Huerta del distrito sudoeste , un predio verdísimo de cuatro hectáreas en Uriburu al 3800, donde funciona uno de los puntos productivos del Programa de Agricultura Urbana del municipio . Claudia y su hija, Yanina Avendaño, llegaron hasta allí después de la pandemia de coronavirus, cuando la quinta donde trabajaban cerró sus puertas. Ahora, ambas, tienen un lugar donde desarrollarse, una producción que venden en los mercados agroecológicos y, sobre todo, destacan, un pequeño lugar en el mundo .
Es jueves por la mañana y el viento lleva y trae olor a romero, a ruda, a lavanda. Claudia se mueve con gracia entre las filas de lechugas, acel