Los procesos de negociación con bandas criminales y grupos mafiosos que el presidente Gustavo Petro y su gobierno están abriendo tienen mucho de parecido a la utilización de los grupos paramilitares que apoyaron procesos electorales al Congreso y la Presidencia de la República a comienzos de siglo , solo que en este caso se va a dialogar con grupos delincuenciales sin ideología política alguna y que están dedicados al narcotráfico, minería ilegal, contrabando, extorsión, trata de personas, comercio de armas y otras tantas rentas criminales.

Grupos a los cuales se ingresa y permanece con la intención de enriquecerse y que mantienen su poder y control del negocio, de los territorios donde desarrollan estas actividades y de sus subalternos, a punta de violencia y terror. Se trata de ‘patrone

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