Las hojas de cálculo acompañan el trabajo de millones de personas que dedican horas a fórmulas, celdas y tablas. El uso repetido de un mismo programa genera una sensación de monotonía que pocos asocian con emoción o adrenalina. La interfaz rígida, el orden de filas y columnas y la exigencia de exactitud fomentan un hábito mecánico que resulta agotador .
Esa percepción convierte al software en un instrumento útil pero sin atractivo aparente. Sin embargo, la rutina numérica que domina tantas oficinas dio lugar a una competición mundial que cambia por completo su imagen.
Las Vegas se llena de fórmulas, pantallas y comentaristas
El Campeonato Mundial de Excel transforma un programa de oficina en un deporte con reglas, público y premios. Según publicó el New York Times , el fundador Andrew Grigolyunovich , antiguo campeón de sudokus, ideó el torneo para demostrar que las hojas de cálculo también podían generar emoción.
En la edición celebrada en Las Vegas en 2024, los finalistas resolvieron en directo ejercicios de lógica con tiempo limitado y pantallas gigantes, mientras un comentarista narraba cada avance. El vencedor levantó un cinturón dorado , como si fuera el mismísimo Ilia Topuria, entre confeti, aplausos y una grada desbocada.
El formato de competición está diseñado para medir rapidez y capacidad analítica . Los participantes reciben un dossier con pruebas ambientadas en mundos imaginarios creados dentro del propio programa. En uno de ellos debían calcular los puntos de vida de veinte personajes inspirados en videojuegos de fantasía. Las fórmulas se ejecutaban en tiempo real y los resultados aparecían ante el público . La tensión crecía a medida que se acercaba el final y la cuenta atrás sonaba por los altavoces.
El consultor británico Michael Jarman , ganador de la edición de 2024, explicó que el túnel luminoso por el que accedían los concursantes parecía un exceso, aunque servía para mantener el tono de espectáculo. A su lado, el irlandés Diarmuid Early reconoció sentirse “muy implicado en cada partida”, y el australiano Andrew Ngai aseguró que preparó las rondas escuchando música de concentración en YouTube . Esa combinación de cálculo, velocidad y humor convirtió el campeonato en un evento retransmitido por ESPN3 , con un premio de 5.000 dólares para el campeón.
El crecimiento del fenómeno llevó a organizar una nueva edición en 2025 en la arena HyperX de Las Vegas, con finales entre el 1 y el 3 de diciembre . El sistema de clasificación reúne a 256 aspirantes procedentes de diferentes fases: competiciones locales, rondas en línea y una repesca de última oportunidad.
Los mejores 24 disputarán la final por un total de 61.500 dólares en premios financiados por Microsoft y Sheetcast. Quienes alcanzan el podio se convierten en embajadores del campeonato y participan en entrevistas y actos públicos.
Nuevas generaciones que dominan las hojas de cálculo
Fuera del circuito profesional de adultos, el documental Spreadsheet Champions retrata a estudiantes de 13 a 22 años que compiten en el certamen mundial de especialistas en Microsoft Office. La directora australiana Kristina Kraskov contó en The Guardian que descubrió el torneo y decidió rodar la película ante la falta de referencias audiovisuales. Su obra sigue a seis jóvenes durante el campeonato celebrado en Florida en 2023, con el respaldo oficial de Microsoft y la organización de Certiport.
Entre los protagonistas aparecen Carmina Solares , de Guatemala; Yvan De La Paix , de Camerún; Alkimini Gaitantzi , de Grecia; y Mason Braithwaite , de Estados Unidos. La cinta muestra su preparación, los ensayos y los nervios previos a cada ronda.
Carmina explicó en The Age que “Excel es como un rompecabezas que une matemáticas, lógica y diseño”, mientras De La Paix relató que practicaba en su escuela sin conexión doméstica a Internet. Ambos representan a una generación que asocia las hojas de cálculo con ingenio más que con aburrimiento .
Las competiciones escolares y profesionales forman ya un calendario global . En cada edición, los aspirantes deben superar pruebas cada vez más complejas, y el nivel de seguimiento en redes y medios crece.
Grigolyunovich confía en que, con el tiempo, los campeonatos atraigan grandes patrocinios y llenen estadios . De esta manera, lo que nació como un entretenimiento entre aficionados a la contabilidad ha derivado en un deporte digital con reglas claras, espectadores fieles y un ambiente propio de los grandes torneos tecnológicos.