Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el expresidente Donald Trump ha asumido el rol de "constructor en jefe", impulsando una oleada de ambiciosos y costosos proyectos de renovación que abarcan desde cambios estéticos menores hasta la planificación de monumentos gigantes.

En sus primeros nueve meses, la residencia presidencial se ha transformado bajo su visión, marcada por un notable aumento de elementos dorados —en repisas, chimeneas, pomos y lámparas— que replican la opulenta estética de su club privado en Florida, Mar-a-Lago. El propio Trump ha justificado estas acciones diciendo que busca hacer la sede del ejecutivo "más hermosa". "Siempre he sido un constructor, y ahora estoy construyendo una nación que es respetada nuevamente", afirmó recientemente.

Proyectos Emblemáticos: El

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