Un niño observa el paisaje tras la ventana. Alrededor, viajeros conversan, toman café o leen de pie en el pasillo. Miles de personas recorren así distancias largas cada día, sin abrocharse un cinturón. Muchas se preguntan por qué los trenes no incorporan esa conocida medida de seguridad . Sin embargo, la industria ferroviaria nunca adoptó esa norma.
Mientras los autos y aviones exigen el uso permanente de cinturones, los trenes ofrecen una experiencia distinta . Los usuarios pueden caminar entre vagones, permanecer de pie y cambiar de asiento durante el trayecto. Frente a esto, los ingenieros y reguladores concluyeron que un dispositivo de sujeción individual no resulta compatible con los movimientos habituales del pasajero . Del mismo modo, la imposición de su uso sería