El libreto de Johan Cruyff volvió a servirle al Barcelona para ganar un partido, aunque de una manera que no está en los primeros capítulos del técnico neerlandés, uno de los hombres que más ha marcado la historia del club. Más bien aparecía en el anexo: si el partido está complicado y el equipo atascado, un central ( Alexanco en su caso, Araujo en el de Flick) para jugar de delantero centro y pelotas al área a ver si caza alguna. Y el uruguayo la cazó. No fue de cabeza, fue un gran remate en la única acción clara que tuvo su equipo en los instantes finales, cuando el empate ya parecía cantado.
Fue un gol de esos que cambia el estado de ánimo, a una semana de la disputa del Clásico en el Bernabéu. Sólo unos instantes antes, todo era preocupación en el Barça, que volvía a tropezar y