Dignidad y desconfianza, belleza y miedo, marginación e inculturación. Luego fe, oración, trabajo, acompañamiento, educación, formación. Y también la paz que “es posible, no un sueño”. Muchas son las palabras clave del discurso que el Papa León XIV dirige a los participantes en el Jubileo de los Romaníes, Sinti y Caminanti. Tantas y tan variadas como el público del Aula Pablo VI que le escucha, ataviado con faldas gitanas bordadas, chalecos bordados, pañuelos de lunares, sombreros de ala ancha y peinados adornados con flores.

Esta mañana es tiempo de fiesta en el Vaticano con el pueblo gitano que, procedente de diferentes partes de Europa e incluso de fuera de Europa, celebra este acontecimiento jubilar con el título simbólico de “La esperanza es itinerante”. Un signo de la atención de la

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