En un mundo que celebra la vida social, admitir que no disfrutás recibir visitas puede hacerte sentir raro o egoísta. Sin embargo, esta preferencia es más común de lo que pensás y, lejos de ser un problema, la psicología lo interpreta como una forma profunda de autocuidado y protección emocional .
Si la idea de que alguien toque tu timbre, incluso un ser querido, te genera incomodidad, este artículo es para vos. Exploramos por qué tu casa es tu santuario y por qué defender ese espacio no te convierte en una persona antisocial.
Tu hogar como refugio emocional
Para muchas personas, el hogar es mucho más que cuatro paredes. Es un refugio energético y un espacio seguro donde finalmente pueden bajar la guardia. La psicología explica que, para los individuos con una personalid