Los sucesos naturales no pueden catalogarse desde juicios de valor como buenos o malos; son los efectos de estos sucesos en la vida humana los que se pueden catalogar desde una perspectiva positiva o negativa. Los asentamientos humanos son un claro ejemplo de esta relación sucesos naturales – catástrofes sociales.

Gran parte de las ciudades por todo el mundo tienen sus cinturones de miseria, asentados en barrancas, a orillas de canales de aguas negras o en las faldas de cerros, todos estos sin servicios urbanos o cuando los hay, en estado deficientes. Es en este contexto es que la reciente temporada de lluvias representa una fuente interminable de catástrofes con las respectivas pérdidas de vidas humanas y bienes materiales.

Aunado a esto, el modelo capitalista de urbanización hace de la

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