En el transcurso de la semana, a través de conversaciones mediante el celular, ante una pregunta formulada a quien suscribe el presente artículo, manifesté que, en mi opinión, el arbitraje de los venezolanos siempre ha estado a la altura de cada exigencia que se le ha presentado.
Los árbitros venezolanos han demostrado un nivel de competencia y profesionalismo que cumple con los estándares internacionales, siendo capaces de adaptarse a las demandas y desafíos de cada encuentro.
Su comportamiento en el rectángulo de juego del fútbol de salón, tanto dentro como fuera del país, ha sido motivo de orgullo para la familia salonista. La capacidad para manejar situaciones de alta presión, su imparcialidad y el conocimiento profundo de las reglas de juego, reflejan un compromiso genuino con la ex