“Al principio de temporada yo expuse mucho a mi plantilla. Me he traicionado a mí mismo. No tuve en cuenta cómo estaba el equipo, la competición y el rival. Si el primer punto lo dejas de lado y te dices: es que yo quiero jugar así, te estás equivocando”, relataba Míchel, técnico del Girona , antes de que empezara a rodar el balón en Montjuïc y Araújo ejecutara la victoria blaugrana en el último suspiro. “La idea no es cambiar el plan ante el Barça , sino hacérselo más fácil a los jugadores y saber tu momento”, pronosticaba.
Pues bien. Su Girona estuvo cerca de llevarse los tres puntos. “Perder ha sido un golpe duro. Pero estoy orgulloso de cómo ha competido el equipo”, explicaba después el entrenador, que no podía borrar la sonrisa de su cara. Su Girona fue, seguramente, el equipo