En una tarde nublada de miércoles a mediados de septiembre, Charlotte Chopin asumió el cargo que ha tenido durante más de 40 años.
Vestida con una blusa de algodón a rayas, suelta, y pantalones, su corto cabello blanco algo alborotado , llamó la atención de sus alumnas y comenzó a guiarlas en una serie de estiramientos, alentándolas a seguir su ejemplo.
Para una persona nueva en la clase, su contextura menuda y actitud reservada podrían confundirse con fragilidad. Pero eso cambia al verla hacer una serie de posturas del guerrero: sus pies firmemente plantados en el suelo, los brazos rectos como varas, su forma fluyendo sin esfuerzo de una postura a la siguiente.
Desde 1982, Chopin, hoy con 102 años, enseña yoga en Léré, un pueblo francés en la región del Loira. Sus caminos sinuosos está