En un contexto donde los esfuerzos técnicos y normativos para afrontar el cambio climático no siempre logran movilizar a la sociedad, se está poniendo cada vez más atención a la dimensión cultural como herramienta de conexión. En particular, la música emerge como un medio poderoso para sensibilizar, emocionar y convocar participación frente a la crisis ambiental.
🎵 1. Conectar emociones y naturaleza
La música tiene la capacidad de transformar la preocupación ambiental en una experiencia humana: no basta con hablar de gases de efecto invernadero o temperaturas récord; es necesario activar memorias, miedos, esperanzas. Por ejemplo, canciones clásicas que evocan la degradación del entorno natural (“Padre, donde no hay flores…”), o temas contemporáneos que ponen en su letra incendios, subid