María Teresa de Luxemburgo, nacida como María Teresa Mestre Batista, no nació en palacio alguno; llegó al mundo en 1956 en La Habana. Con solo cuatro años vivió el desgarro del exilio cuando su familia abandonó Cuba tras la Revolución. Su historia tiene todos los elementos dignos de una novela: raíces acomodadas, una juventud internacional, un flechazo en la universidad y una recepción pública que al inicio fue complicada. Así fue la historia de María Teresa, los inicios de su relación con el príncipe Enrique, la relación con su familia y cómo su pasado fue parte fundamental para construir su imagen solemne y elegante que la caracterizó durante todo su reinado.
María Teresa y Enrique, un amor universitario
María Teresa conoció a Enrique cuando ambos estudiaban en Ginebra. Ella había sali