La poscosecha constituye una etapa estratégica dentro de la cadena frutihortícola, determinante en la calidad y vida útil de los productos. Aunque la calidad no puede mejorarse luego de la cosecha, sí es posible optimizar su conservación mediante un manejo adecuado, que incluye la cosecha en el momento óptimo, el preenfriado, la limpieza, clasificación, empaque, almacenamiento y transporte. Estas prácticas son decisivas para reducir pérdidas que, en algunos casos, pueden alcanzar hasta el 40 % de la producción.

“En un contexto donde la eficiencia y la calidad son exigencias ineludibles, anticipar el comportamiento de la fruta durante la conservación resulta clave para tomar decisiones más acertadas y eficientes”, señaló la ingeniera agrónoma Gabriela Calvo, especialista en poscosecha

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