Luis Arce deja la presidencia de Bolivia al cumplir su mandato constitucional, tras casi cinco años marcados por tensiones internas en el Movimiento al Socialismo (MAS) , una economía golpeada por la escasez de divisas y un creciente desgaste político. No busca la reelección ni una prórroga, y su salida no obedece a una derrota electoral directa, sino al agotamiento de un ciclo económico y político que ya no logra responder a las necesidades de la gente.
Para analizar el cierre de este periodo y los desafíos que enfrentará el país, La República conversó con Tanya Imaña , periodista de El Deber de Bolivia, y Natalia Aparicio , politóloga boliviana.
Luis Arce y la crisis económica que marca su despedida en Bolivia
La despedida de Arce no llega con rupturas ni conflictos, Bolivia