Ninguna de las 41 comunidades indígenas de Dabeiba, Antioquia, tiene cancha de fútbol. Sin embargo, en esas zonas, como en todo el país, patear balones es uno de los pasatiempos preferidos de sus habitantes.
En el territorio de la comunidad Nendo Guabina, ubicada a cinco horas en moto de la cabecera municipal, hombres y mujeres Emberá Katío de todas las edades juegan cada día varios partidos en un terreno plano, con poco césped y muchas piedras.
No tienen guayos; todos juegan con botas de caucho. Los adultos llevan jeans y camisas tipo polo. Los niños hacen deporte con pantalonetas y medias largas de fútbol, como las de los uniformes profesionales. Así corren, buscando evadir rivales y patear a los arcos que construyeron con maderos.
Para los adultos, es diversión. Los menores ven en el