Sierra Grande atraviesa un momento distinto. Después de años de espera y promesas incumplidas, el movimiento que generan las obras del Oleoducto Vaca Muerta Sur comenzó a sentirse en la economía local. En las calles hay una mezcla de expectativa y prudencia, pero sobre todo una sensación de que esta vez la reactivación está en marcha.

“El impacto se nota. Hoy hay unas 430 familias de Sierra Grande que están trabajando directamente en el proyecto, y eso se traduce en consumo, en actividad y en nuevos emprendimientos”, explica Héctor Hinofuentes , presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Sierra Grande , en diálogo con RÍO NEGRO .

Hinofuentes, que además es vecino de toda la vida, reconoce que la ciudad llega a este aniversario en una posición diferente a la d

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