Las energéticas dueñas de la planta aseguran que podría funcionar hasta la década de 2060; los vecinos temen la pérdida de empleos 02:44 Almaraz sueña con no echar el cierre
Son las diez de la mañana y los ciervos pastan entre los árboles que se encuentran dentro del perímetro de la central nuclear de Almaraz (Cáceres) . De fondo, las llamadas por altavoz a distintos trabajadores indican que estas instalaciones están en un momento de ebullición. La planta acomete en estos días el conocido como proceso de recarga, en el que uno de sus dos reactores está detenido para retirar el combustible usado y ponerlo en piscinas con agua y boro. Un tercio no volverá a utilizarse —ya que ha alcanzado el máximo de su vida útil—, pasará a ser un residuo nuclear y será sustituido por combustible n