Susana Díaz, la ex presidenta andaluza, no quiso hace unos días mojarse demasiado al hablar de los problemas del Gobierno de Juanma Moreno con la sanidad. Recordaba cómo ese tema se convirtió en una de las mayores erosiones de sus últimos años al frente de la Junta. Si hacemos memoria, lo sucedido en estas semanas por la crisis de los cribados de cáncer no llega ni de lejos al machaque diario al que ella se vio sometida durante años.

No sé si recuerdan a «Spiriman» , aquel Jesús Cándel fallecido precisamente de esa enfermedad, que tanto atacó el colapso socialista en hospitales y centros de salud. Murió en 2022 y desde entonces nadie ha protagonizado protestas así, pero no tardará en hacerlo otro. Lo que quiero decir, saliéndome de la anécdota, es que en primer lugar el PP contaba con

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