1 Pensar que estorban. Al volante de un coche se activa la peor parte de nuestro cerebro reptiliano. Esa ajena a la piedad y empatía, donde están la respuesta violenta y los impulsos de dominio. Muchos de los coches que adelantan lo hacen llenos de razón, creyéndose con más derechos que nadie. Hay

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