El Chato Matta llegó al restaurante por un tiradito de cachema y, de fondo, un chaufa de mariscos y pescado con cremas. Para calmar la sed pidió una jarra de chicha morada fresquecita. “María, me timbró al celular el gran Pancholón. ‘Chatito, vente al toque a la canchita de La Punta. Habrá un partidazo. Pero ten cuidado que no te vayan a seguir los ‘malaleche’ y envidiosos’.
Cuando llegué, el abogado mujeriego estaba eufórico porque había tenido un faenón con la ‘señora de las cuatro décadas ’. Sus amigos y colegas de la Asociación de Abogados del Callao, como el goleador Nicolás Sánchez y Alfredito Zárate, estaban a su lado, a punto de entrar a la cancha.
Pancholón los arengó: ‘Muchachos, vamos a hacer chocolate, el dame que te doy, el uno dos. Este partido lo ganamos porque lo