En medio de la presión pública por las denuncias por pederastia y sus vínculos con , el empresario estadounidense condenado por tráfico sexual de menores, el príncipe Andrés, hermano del rey Carlos III, vinculados a la Corona británica.
El mayor apremio venía de dentro, después de varios años desafiando al propio monarca y a su sobrino, el príncipe de Gales. El comunicado afirmaba que la decisión se había tomado "tras consultarlo con el Rey" y "con el consentimiento de Su Majestad", y que "las continuas acusaciones contra mí distraen del trabajo de Su Majestad y de la familia real". En realidad, Andrés no tuvo más remedio que ceder ante la creciente presión del rey y el príncipe de Gales, aunque él se empeña en defender su honorabilidad: "He decidido, como siempre, anteponer mi deber