
Durante años, la industria móvil ha vivido obsesionada con la potencia del procesador o la calidad de la cámara. Sin embargo, en los últimos meses hay otro protagonista que acapara la atención, la batería. Mientras que hace unos años un móvil con 5000 mAh parecía un lujo, hoy vemos modelos que alcanzan los 6000 e incluso los 7300 mAh, como se rumorea que podría incorporar el futuro OnePlus 15. La pregunta es inevitable: ¿por qué los móviles tienen cada vez más batería?
Un cambio de hábitos y exigencias
El uso que damos hoy al smartphone poco tiene que ver con el de hace una década. Las pantallas son más grandes, los procesadores más potentes y las conexiones más rápidas. Pero también lo usamos para trabajar, grabar vídeos 4K, jugar o incluso editar fotos. Todo eso requiere energía, y los fabricantes lo saben. La r espuesta natural ha sido aumentar la capacidad de las baterías, que ahora son una pieza clave en la experiencia de usuario.
Además, la llegada de redes 5G, pantallas de 120 Hz o sistemas de IA integrados en el propio dispositivo ha disparado el consumo energético . Por mucho que la eficiencia del hardware mejore, el gasto también crece. Aumentar los mAh, o miliamperios por hora, es, por tanto, una manera directa de ofrecer más autonomía sin comprometer las prestaciones.
La tecnología de las baterías también avanza
No se trata solo de meter una batería más grande. En los últimos años ha habido una auténtica revolución silenciosa en los materiales y métodos de fabricación. Las nuevas celdas de litio de alta densidad permiten almacenar más energía en menos espacio , lo que da margen a los fabricantes para ampliar la capacidad sin engordar el peso del móvil.
También influyen los avances en refrigeración. Los sistemas de disipación por cámara de vapor o grafeno ayudan a controlar la temperatura incluso con baterías grandes y cargas rápidas de más de 100 W. De este modo, se pueden integrar componentes más grandes sin afectar a la seguridad ni al rendimiento.
El papel de la carga rápida
Otro factor que ha cambiado el panorama es la carga ultrarrápida. Hoy en día, móviles de marcas como OnePlus, Xiaomi o Realme o frecen sistemas de 100, 150 o incluso 200 W que completan una carga completa en menos de 20 minutos . Esto ha modificado la percepción del usuario: no solo importa la duración, sino también el tiempo de recarga.
Curiosamente, esta mejora ha permitido que los fabricantes arriesguen con baterías más grandes. Saben que los usuario s no quieren pasar horas atados al enchufe , así que compensan el aumento de capacidad con cargas vertiginosas. El resultado es que podemos tener móviles con 7000 mAh que se cargan tan rápido como uno de 4000 mAh hace unos años.
Costes más bajos y nuevos formatos
Hasta hace poco, fabricar la batería de los móviles de alta capacidad era caro y poco eficiente. Sin embargo, la estandarización de la producción y la mayor demanda global han reducido los costes. Esto ha permitido que incluso móviles de gama media incorporen baterías superiores a los 5000 mAh sin elevar el precio final.
El diseño también ha evolucionado. Los ingenieros han aprendido a aprovechar cada milímetro interno del chasis, reorganizando placas, cámaras y altavoces para dejar espacio a celdas más grandes. Incluso algunos modelos utilizan baterías divididas en dos módulos, que se cargan de forma simultánea para optimizar el rendimiento.
¿Hasta dónde llegará la carrera por los mAh?
A pesar de los avances, la física impone límites. Más capacidad significa más peso, y eso puede comprometer la ergonomía. Por eso los fabricantes están empezando a buscar el equilibrio entre capacidad, eficiencia y carga. Un móvil con 7000 mAh puede parecer ideal, pero si pesa más de 250 gramos, muchos usuarios lo descartarán.
El futuro apunta más hacia la optimización que hacia el simple aumento. Procesadores más eficientes, pantallas OLED de bajo consumo y sistemas de IA que gestionan la energía de forma inteligente serán la clave para alargar la autonomía sin hacer crecer el tamaño del dispositivo. De esto, Apple sabe mucho.
Hacia una nueva generación de autonomía
La tendencia actual responde a una combinación de factores, más potencia, más demanda, materiales más eficientes y menores costes de producción. Sin embargo, la verdadera revolución podría venir con las baterías de estado sólido, que prometen duplicar la densidad energética y reducir los tiempos de carga a la mitad.
Cuando esa tecnología llegue al mercado, probablemente dejaremos de hablar de los mAh de la batería de los móviles y empezaremos a pensar en energía útil, ciclos de vida y sostenibilidad. Pero, hasta entonces, seguiremos viendo cómo los móviles aumentan su capacidad paso a paso, reflejando una evolución natural de la era de la hiperconectividad.