El pasado sábado por la mañana regresaron a su casa, en la dehesa onubense de San Francisco, las ovejas trashumantes que volvían de pasar el verano en los puertos de Las Pintas, en Salamón (León). Un gran número de personas quisieron acompañar al rebaño en sus últimos kilómetros, atravesando la localidad de Santa Olalla del Cala, donde vecinos y curiosos aguardaban expectantes la llegada del rebaño, conducido por pastores expertos que tratan de dar la alternativa a jóvenes pastores y pastoras, que recogen el ancestral legado de la trashumancia, comunicando la dehesa con los pastizales de altura en las montañas leonesas, manteniendo viva la mesta y reivindicando la importancia de los rebaños en la salvaguarda y modelado de los paisajes y su labor preventiva contra los incendios forestales.
Y las merinas volvieron a la dehesa

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