El seca platos tradicional queda de a poco en el pasado. Ese clásico aparato que ocupó durante años el mejor lugar de la cocina, hoy tiene un reemplazo que gana terreno en los hogares argentinos: el escurridor de pared .
La diferencia se nota desde el primer día. El viejo escurridor, grande y siempre húmedo, roba espacio y deja charcos en la mesada. Cuando la cocina es chica, cada centímetro cuenta y ese “bloque” fijo se convierte en un estorbo. Menos lugar para picar, mezclar o apoyar ingredientes. Todo se vuelve más lento y cocinar deja de ser un placer.
Por qué el escurridor tradicional ya no va más
El escurridor tradicional se instala justo donde se prepara la comida. El resultado: la mitad de la zona de trabajo desaparece bajo platos y vasos . El agua se acumula, aparecen m