Octubre suele marcar los giros trágicos de la economía argentina. En 2001, el gobierno de Fernando de la Rúa perdió las elecciones legislativas y con ellas el último sostén político de la convertibilidad. 24 años después, en octubre de 2025, el gobierno de Javier Milei llega a las urnas en circunstancias que evocan aquel preludio del colapso. Los paralelismos no son solo simbólicos; la combinación de ajuste fiscal extremo, financiamiento externo condicionado y deterioro de la gobernabilidad compone un escenario de riesgo sistémico comparable.
El reciente swap de divisas por 20.000 millones de dólares entre el Tesoro de Estados Unidos y el Banco Central de la República Argentina (BCRA), acompañado de un paquete adicional de asistencia financiera al sector privado por otros 20.000