El árbitro no dudó. Bandera amarilla. Castigo por conducta antideportiva. Él sonrió. Y el estadio, en vez de silbar, gritó su nombre.

Lo que parecía una simple celebración exuberante fue, en realidad, la punta del iceberg. Con ocho recepciones por 123 yardas y su quinto partido consecutivo superando las cien yardas, Smith-Njigba se convirtió en el segundo jugador en la historia de la franquicia en lograr tres juegos seguidos de ese calibre. Su cifra de cinco juegos de 100+ yardas esta temporada lo coloca entre los más prolíficos en un solo año en la historia de Seattle —un récord que hasta ahora solo ha sido superado por un legendario receptor de los 90s.

Detrás de él, el ataque se movía como un reloj suizo. Zach Charbonnet , el corredor que muchos daban por olvidado tras su temporad

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