Por. Ariadna González Vega, área psicosocial, Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI).

Hablar de migración es hablar de diversidad. Es reconocer que detrás de cada movimiento hay una persona con una historia única, con necesidades específicas y con identidades diversas. Migrar nunca es un acto neutral. Implica una serie de decisiones que, en muchos casos, responden a la necesidad urgente de sobrevivir en un entorno que no permite vivir con dignidad.

Desde el Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI) consideramos fundamental visibilizar a las mujeres que forman parte de las disidencias sexuales —lesbianas, bisexuales, pansexuales, trans, entre otras— cuyas experiencias migratorias suelen estar atravesadas por múltiples formas de violencia y exclusión. Para ella

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