« A Stoichkov hay que quererlo mucho, hay que comprenderlo . Él no para de correr, no para de entrenar. Son situaciones que en otro momento, con confianza, son muy caras para él. Es importante que las tenga. Cada vez que entra recuerdas una ocasión suya», explicaba antes de visitar El Sardinero Antonio Hidalgo sobre Juan Diego Molina Martínez, a quien, tras diez jornadas (ocho de blanquiazul y dos de nazarí), se le resiste el gol. Su sequía viene de atrás y se extiende desde hace 10 meses.

Cree Hidalgo que Stoichkov es «una bendición». Y lo cierto es que el andaluz, desde que ha llegado, ha contado con confianza como uno de los revulsivos principales de la plantilla. Entra, casi siempre, como segundo punta, aunque ante el Racing los problemas físicos de Escudero le obligaron a acercars

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