Empezamos por el principio. Eutanasia procede del griego y significa buena muerte. Nada que ver con la situación que les ha tocado vivir a nuestros protagonistas. Francesc Augé es un ejemplo. Tras dos infartos y cuatro ictus en su vida, según nos cuenta, ha cambiado demasiado. "Ahora no soy yo —dice—, soy una mínima parte de lo que era, esto no es vida para mí".

Augé asegura que para él cada día que pasa es una agonía. Pidió la eutanasia y se la concedieron; sin embargo, un recurso presentado por su padre, ayudado por algunos amigos de Francesc, ha paralizado el proceso. "Si lo llego a saber me hubiese callado", nos cuenta. Quiso compartir su decisión para despedirse. Ahora con este recurso la espera puede ser muy larga. "El tiempo es injusticia", insiste. "No sé cuánto agu

See Full Page