Por algo no hay cierres de campaña masivos. Ni desde LLA, con el aparato del Estado detrás, ni en el peronismo se intentaron movilizaciones pre electorales de fuste. No está el horno social para bollos.

Al mileísmo se le complica la calle ante el aumento del malhumor social, reflejado en las encuestas propias que maneja. También los errores autoinflingidos , como la frustrada candidatura de José Luis Espert en el principal distrito del país y cuya imagen se reproducirá en las casi 15 millones de boletas bonaerenses.

El peronismo apenas puede adherirse, y por un rato, gracias a la oposición a Javier Milei. Sin mayores propuestas, va dividido en varias provincias y en la crucial Buenos Aires -donde los violetas solo aspiran a reducir el margen de derrota de septiembre- disimulan una

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