Hay empresas que laten. No por sus cifras ni por el tamaño de sus oficinas, sino por algo más sutil: la energía humana que las mantiene en movimiento . Ese pulso invisible —el del clima organizacional — marca la diferencia entre una compañía que avanza con fuerza y otra que se va apagando sin entender por qué.
En ese terreno emocional, donde los datos se entrelazan con las personas, trabaja María Fernanda Reinoso Domenzain , directora ejecutiva de Impulsa Global .
Desde su experiencia, ha aprendido que el clima no se trata solo de encuestas ni de métricas; es, en sus palabras, “ la forma en que entendemos si la gente se siente parte, segura, reconocida . Y eso se traduce directamente en resultados”.
De esta manera, el enfoque de Impulsa Global parte de siete dimensione