Entran al aula como cada mañana , con la carpeta en una mano y las llaves del aula en la otra. Lo hacen casi en automático, como si el cuerpo conociera el camino sin que la mente lo indique. Pero esta vez es diferente .
Esta vez, al girar la llave , saben que se acerca el final. El final de una historia que no comenzó con una oposición ni con la entrega de un temario , sino mucho antes: con un cuaderno forrado, un estuche lleno de lápices y una mochila que aún olía a nuevo.
Vicente
Beatriz Vicario, tutora de quinto de primaria del CEIP PARQUE ALAMEDA en Valladolid, cuenta cómo se preparan en los colegios
Los protagonistas de esta historia —anónimos, pero reales— son hombres y mujeres que entraron por primera vez a sus colegios siendo apenas niños. Aquellos muro