Un collar de miles de millones de pesos con 32 esmeraldas colombianas extraídas de las minas de Muzo en Boyacá entró a formar parte del millonario robo del tesoro que desaparición del Museo de Louvre en París, encargado de conservarlas. La incalculable joya que fue hecha hace más de un siglo, había sido encargada por la corte del emperador Napoleón Bonaparte en 1810 para obsequiárselo a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa de Austria.

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Esa joya cuyas gemas eran de gran valor por su calidad se perdió junto a otras siete piezas del Tesoro Imperial del emperador francés. Fue un golpe ejecutado la madrugada del 19 de octubre, en la Galería de Apolo, la sala donde el Lo

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