El temor y la fascinación por lo oscuro conviven en muchas personas. No todo amante del terror busca solo adrenalina: detrás de esa preferencia pueden haber rasgos de personalidad como apertura a nuevas experiencias o una capacidad especial para enfrentar lo perturbador. Explorar qué revela ese gusto puede ofrecer pistas sobre cómo manejás el estrés, la curiosidad y la emoción.
Según explicó el psicólogo clínico Alberto Soler en GQ España , estas películas siguen generando interés porque juegan con el límite entre atracción y repulsión , llevando al espectador a experimentar lo desconocido sin riesgo real . En ese sentido, ver terror puede ser una forma de explorar lo reprimido: miedos, tabúes o vulnerabilidades que a la vez fascinan.
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