Solo alguien que no fuera deltano, pudo atreverse y lo hizo.

Conocedor de la bonhomía y don de gentes de Simplicio Hernández, desprevenido y confiado en grado extremo, aprovechó la guardia baja y tramó el secuestro.

En la lista de al menos 20 posibles víctimas elaborada por Mario Cardozo Liber, alias “Camilo”, paramilitar colombiano desmovilizado de 38 años, dedicado oficialmente a la industria del secuestro en nuestro país, destacaba el de mayor investidura y prestigio, un exgobernador de la IV República, por encima de empresarios y lideres políticos de la Revolución.

De “Camilo” se decía que poseía una extraordinaria puntería, “pegando” una botella de refresco a 40 metros de distancia.

Fungiendo como taxista, por espacio de 3 años frecuentó Tucupita, residiendo en una parcela de terr

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