Las renuncias coordinadas de la UP y el PCC no equivalen a una rendición, sino a un cortafuego jurídico y político. Al dejar la consulta bajo el paraguas del Polo Democrático, se reduce la ambigüedad sobre si el ejercicio es partidista o interpartidista y, con ello, se mitigan riesgos de inhabilidades y demandas.

El anuncio lo expresa sin rodeos: “Estas renuncias se presentan para preservar el carácter partidista de la consulta”.

Sin embargo, el trasfondo explica la maniobra, pues el Pacto Histórico no tiene personería jurídica y, en la práctica, funciona como una coalición de partidos . El traslado técnico hacia el Polo privilegia la viabilidad legal sobre la amplitud política, pero implica un reto comunicacional: los militantes del Pacto deben acudir a una jornada que, en términos

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