No fue en el cine. Tampoco en VHS ni en DVD. Fue una noche cualquiera, frente a una pantalla sin brillo, en una búsqueda casi arqueológica entre los pliegues de internet. ' Cocoon ‘, 1985. Una película que alguna vez pareció hablar de otros: los viejos, los que se iban.

Ahora el clic sobre el enlace no promete nostalgia sino una especie de interrogación. La película empieza: el mar, la casa de retiro, los capullos luminosos en el fondo del agua. Pero algo cambió. La mirada. El tiempo. La certeza de que los protagonistas de aquel relato ya no son “los otros”.

‘Cocoon’ no habla del final sino del tránsito. Tampoco de la juventud perdida, sino de una forma posible de volver a sentir.

El primer encuentro con la piscina es casi ceremonial. El grupo, moviéndose con lentitud, se acerca al a

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