Ahí están los hinchas de Racing , revoleando sus remeras, felices, llenos de dolor. Cuando parecía que se iban con un empate del Maracaná que los dejaba a tiro de volver a una final de la Copa Libertadores 56 años después, regresan a Avellaneda con las manos vacías. El final del partido arroja una postal de cine. El mítico estadio carioca se enciende con las luces de los celulares de los hinchas locales que parecen pequeñas velas. Pero se van rápido, entonces se escucha a los académicos y su canto deja en claro que se tienen toda la fe para la revancha del miércoles que viene . Los dirigidos por Gustavo Costas se plantaron en Río de Janeiro y jugaron un partido con carácter ante el equipo más poderoso de Sudamérica. Un plantel de 200 millones de dólares, pero como dijo el DT ar
Racing resistió por Cambeses pero una carambola le dio la ventaja mínima a Flamengo en la semifinal de la Copa Libertadores, que se define en Avellaneda

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