
El asunto de los cribados en las pruebas de cáncer de mama en Talavera de la Reina, después de que la clínica encargada de las mamografías cerrara de un día para otro sus puertas, amenaza con convertirse en un escándalo superlativo, pues la Junta socialista de Castilla-La Mancha ha admitido ahora que no tiene constancia cierta de que las últimas mujeres que se sometieron a las pruebas en mayo recibieran los resultados de las mismas , motivo por el que ahora están contactando con ellas. Según el Gobierno de García-Page la clínica les comunicó que no había diagnósticos pendientes, pero el hecho de que la consejería de Sanidad esté ahora tratando de confirmar ese extremo demuestra que no las tiene todas consigo.
Desde finales de mayo , la Junta castellano-manchega ha tratado de buscar una empresa que haga las pruebas pendientes, que afectan a varios miles de mujeres . El retraso de cinco meses pone en peligro su salud y, en el mejor de los casos, se habrá perdido un tiempo precioso. En el peor escenario, sin embargo, lo que está en juego es la vida, por lo que la situación es de enorme gravedad. Pero el problema añadido deriva ahora del hecho de que se desconoce cuántas de las mujeres que se hicieron la prueba justo antes de que la clínica cerrara han recibido el resultado de las mismas.
La salud no conoce de ideologías y de la misma forma que las irregularidades detectadas en Andalucía, gobernada por el PP, obligaron a Juanma Moreno a pedir perdón y cesar en su cargo a la consejera de Salud -pese a que heredó el problema-, el Gobierno del socialista Page tiene que dar un decidido paso al frente y contar toda la verdad en lugar de tratar de minimizar el asunto. Porque la desinformación ante situaciones como esta provoca un miedo y una inquietud entre miles de mujeres que necesitan urgentemente una explicación.