CDMX.- «Hay tres maneras de ser pendejo: sembrar de temporal, jugar a la Lotería y votar por el PAN». Ese sarcástico dicho se escuchaba mucho a mediados del pasado siglo. Sembrar de temporal era hacerlo en tierra seca, sin otro riego que el del agua que podía venir -o no- del cielo. Comprar billetes de lotería equivalía casi a tirar el dinero a la calle, por la escasa posibilidad de ganar, siquiera fuese un reintegro. Y votar por el PAN significaba sufragar por un partido que jamás ganaba una elección en contra del partido aplanadora, el PRI. Aun así, se reconocía por lo bajo que Acción Nacional era «el partido de la gente decente». En mi natal Saltillo formaban parte de él ciudadanos de gran prestigio personal que luchaban con honor aquella «brega de eternidad», aun sin esperar la victori
De política y cosas peores

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