La comparecencia de ayer del secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, tuvo un dejo de campaña pre-presidencial.

No solo por la cantidad de fotos que le demandaron cualquier cantidad de senadores, sino porque hasta la oposición le reconoció el cambio de la estrategia para combatir a la delincuencia organizada.

Harfuch ofreció estadísticas sobre los resultados de la nueva estrategia, que lanzó al bote de desechos aquello de “abrazos no balazos’’, que tanto daño causó al país en general.

Y aunque promovió avances, no se mostró triunfalista sino que, por el contrario, reconoció el largo camino que falta por recorrer para pacificar al país.

Temido por muchos, odiado por los “duros’’ de Morena pero respaldado por la presidenta Claudia Sheinbaum y su grupo, el secretario de Segur

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