El amor es ciego, dicen. Y el amor de una madre, aún más. Isabel II fue durante siete décadas el rostro de la templanza, el deber y la estabilidad británica. Sin embargo, bajo la corona latía una debilidad que la acompañó hasta el final de sus días: su hijo menor, el príncipe Andrés. Lo protegió como madre, no como reina. Lo defendió incluso cuando el escándalo amenazaba con arrastrar a la monarquía al abismo.
Por larazon.es
Las últimas pruebas vinculadas al caso Epstein dejan poco espacio para la duda. Según The Mail on Sunday, un correo electrónico de 2011-enviado por Andrés al secretario de prensa de la Reina, Ed Perkins- demostraría que el duque de York ordenó a su escolta personal investigar a Virginia Giuffre, la joven que lo acusó de agresión sexual siendo menor de edad. La revela